Mateo contaba con frecuencia a sus amigos la siguiente anécdota: “Una vez me ví
obligado a guarecerme en un edificio arruinado huyendo de mis enemigos y allí
permanecí sentado durante horas. Deseando desviar mi mente de mi condición
desesperada, fije mi vista en una hormiga que intentaba subir por una pared
llevando un trozo de trigo mayor que ella.
Observé los esfuerzos que realizó para conseguir lo que deseaba. El grano cayó a tierra sesenta y nueve veces; pero el insecto perseveró y por fin a la setenta vez pudo llegar a lo alto. Esto me alentó grandemente en aquellos momentos y jamás he olvidado la lección”.
Una pequeña
hormiga puede convertirse en un gran maestro para mostrarnos la lección de la perseverancia,
la confianza en si misma y la dedicación. Cuando nuestros ojos pueden mirar con
detenimiento estos pequeños animalitos veremos que a pesar de ser tan pequeño
su constancia en llevar algo hasta su cueva es impresionante.
Creo que hoy debo
aprender de ella y saber que Dios también espera que yo sea perseverante,
constante y esforzado. Su misma palabra nos lo dice que aprendamos de la
hormiga las lección al respecto. Sé que muchas veces he dejado de perseverar en
la oración porque la respuesta no llega, he dejado de perseverar en el amor,
porque no soy correspondido. He dejado de perseverar en la humildad porque cada
día me rodean más los orgullosos.
El lema de David
Livistgntone fue: “Me propuse no parar jamás hasta llegar al fin y ver terminado
mi cometido”.
Hoy creo que
debiera ser también mi lema. Son muchas las veces que he comenzado con
entusiasmo cosas para luego dejarlas a un lado sin terminar. Son muchos los
obstáculos que puedo encontrar en el camino, pero lo más importante no son los obstáculos,
sino los desafíos que encuentro en mi camino para saltar esos obstáculos.
Cada obstáculo
debe convertirse para mi en un desafío. La respuesta siempre la encontraré en
Dios.
Señor. De todo lo
creado por tu mano, yo puedo aprender. Cada cosa, cada animal y aún cada
circunstancia tiene algo que me puede guiar en el proceso de tu aprendizaje.
Hoy quiero
aprender de la hormiga. Conoces mi inconstancia y falta de perseverancia. Yo
hoy quiero caminar firme y sólidamente en tu sendero. Ayúdame a ser
perseverante y constante y caminar con fidelidad delante de ti. Amén
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